MOSAICO
Nº inventario: 13816
Siglo IV d. C.
Este mosaico representa el momento en el que Orfeo se retira al Monte Ródope para cantar sus penas por la muerte de Eurídice, y tan bello es su canto que se acercan a escucharle los animales, las plantas y hasta las rocas.
HISTORIA DE ORFEO
Orfeo, hijo del rey de Tracia y de la musa Calíope, fue famoso como poeta y músico. Había participado con otros héroes en la expedición de los Argonautas. Desesperado por la muerte de su esposa, la bella Eurídice, bajó al Hades (Infierno) para rescatarla. Hades-Plutón, dios de los Infiernos, se apiadó de él y accedió a sus deseos, exigiéndole a cambio que no volviera la vista atrás hasta haber salido de aquel lugar. Orfeo no fue capaz de cumplir esta condición y Eurídice desapareció para siempre.
Apenado, se retiró al Monte Ródope. Allí compuso cantos tan bellos que amansaban a las fieras, los árboles inclinaban las ramas a su paso, las rocas se enternecían al escucharle y hasta el viento dejó de soplar.
En torno a este popular mito se desarrolló un amplio cuerpo doctrinal y teológico que lo configuraron como una auténtica religión. Entre sus múltiples significados cabe destacar su sentido de triunfo de la vida sobre la muerte y de la civilización sobre el salvajismo. Alguno de sus componentes llegaron a incorporarse al cristianismo.
EL MOSAICO Y SU CONTEXTO
Este mosaico polícromo se fecha en el siglo IV d.C. Apareció en la villa romana de Pesquero (Pueblonuevo del Guadiana, Badajoz), donde era el motivo central del mosaico de una enorme sala principal de más de 150 metros cuadrados. Tanto el tamaño, como la factura, como el lujo de la estancia, indican que tenía para sus propietarios una importancia excepcional.
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